Todo el trabajo y el esfuerzo no sirven de nada si, cuando se precisa, no sabes estar en el momento.
- nidodeluz
- 7 ago 2020
- 2 Min. de lectura
Con demasiada frecuencia el no estar en el aquí y el ahora provoca que suframos un accidente. La correcta postura (conexión cielo-tierra, el ápex de la cabeza en línea vertical con el coxis y cada vértebra sobre la anterior), correcta visión (amplia, infinita, no la fijes en ningún punto en concreto pues te estarás perdiendo parte del panorama y, por tanto, de sus posibilidades) y la correcta respiración (siempre profunda, nunca se altera, mantiene un ritmo lento y constante y llega hasta lo más profun de nuestro ser) constituyen las bases para la correcta posición en el aquí y el ahora en todo momento.
La perfecta conjunción entre conexión interna y alerta externa te proporciona una perfecta respuesta tanto física como mental ante cualquier situación. Se trata de una actitud basada no en lo que creemos que sucede sino en lo que sentimos que sucede.
Valora lo que te hacen los demás como un movimiento de fichas en un tablero de ajedrez. La situación ha cambiado y nuevas perspectivas se abren ante ti. Ante puertas que te cierra un amigo (o un rival) seguro que se abren nuevas que antes no existían. Realiza tus movimientos sin miedo para saber lo que te toca jugar en realidad. El miedo altera nuestra percepción de lo que tenemos, por lo que podemos realizar un movimiento basado en dicha percepción y no en la realidad de la situación. Esto supone una desventaja en el mundo real. Ocúpate sólo del momento, asegurándote de que vives sólo el presente. En el presente no existe el miedo; nuestra actitud es espectante pero abierta. Siguiendo con el ejemplo del ajedrez... Viviendo en el presente y sin miedos jamás nos defenderíamos de una pieza (un amigo) que no supone una amenaza alguna para nosotros y no nos encontraríamos, por tanto, en una situación incómoda.
Manel Mejías, El camino del guerrero.
Comentarios