La creatividad
- nidodeluz
- 12 jul 2020
- 2 Min. de lectura
El karma no es fatalismo ni predestinación. Karma es nuestra capacidad de crear y cambiar. Es creativo porque podemos determinar como y por qué actuamos. Podemos cambiar. El futuro está en nuestras manos y en manos del corazón.
No hay ninguna situación, por desesperada o terrible que parezca, como una enfermedad mortal, por ejemplo, que no se pueda utilizar para evolucionar. Y no hay ningún crimen ni crueldad que el arrepentimiento sincero y la auténtica práctica espiritual no puedan purificar.
Cualquier cosa que nos esté ocurriendo ahora, es el reflejo de nuestro karma pasado. Si sabemos eso, si lo sabemos con certeza, cuando nos acosan el sufrimiento y las dificultades no lo consideramos un fracaso o un desastre especial, ni concebimos en modo alguno el sufrimiento como un castigo. Tampoco nos culpamos ni nos dejamos llevar por el odio hacia nosotros mismos.
Si observamos la ley del karma y despertamos en nosotros el buen corazón del amor y la compasión, y despertamos gradualmente la sabiduría de la naturaliza de nuestra mente, podemos llegar a convertirnos en seres verdaderamente humanos, y en último término, alcanzar la iluminación.
Albert Einstein dijo: "un ser humano es parte de un todo al que llamamos "universo", una parte limitada en el tiempo y el espacio. Este ser humano se ve a sí mismo, sus pensamientos y sensaciones como algo separado del resto, en una especie de ilusión óptica de su consciencia, esta ilusión es para nosotros como una cárcel que nos limita a nuestros deseos personales y a sentir afecto por unas pocas personas que nos son más próximas. Nuestra tarea ha de consistir en liberarnos de esta cárcel ampliando nuestros círculos de compasión de modo que abarquen a todos los seres vivos y a toda la naturaleza en su esplendor."
Sogyal Rimpoché. El libro tibetano de la vida y de la muerte.
No hay nada fuera de nosotros, poder ver que somos responsables y protagonistas de como reaccionamos o vivimos los sucesos es el mejor de los poderes. Poder ver las herramientas que tenemos para resignificar y transmutar cualquier suceso, idea, emoción o acción nos pone al frente de nuestra vida, creadores de cada episodio de nuestra historia.